Bienvenidos a Situada a 900 metros sobre el nivel del mar, en las laderas norteñas de las montañas Aurès, Timgad fue erigida de la nada como colonia militar por el emperador Trajano en el año 100 d.C. Esta ciudad, con su diseño cuadrangular y organización ortogonal basada en el cardo y decumano, es un ejemplar destacado de la planificación urbana romana.
Nestled en las montañas de Aurès, a 480 km al sureste de Argel y 110 km al sur de Constantina, Timgad representa un modelo supremo de colonia militar romana establecida desde cero. Fundada en el año 100 d.C. por Trajano, probablemente como acantonamiento para la Legión III Augusta, que luego se ubicó en Lambaesis, su diseño meticuloso ilustra el apogeo de la urbanización romana. Para mediados del siglo II, el crecimiento acelerado de Timgad rompió los confines de su fundación inicial, expandiéndose y agregando estructuras públicas importantes en los nuevos distritos: un Capitolio, templos, mercados y baños, la mayoría datando del periodo Severano, cuando la ciudad vivió su edad dorada, también evidenciada por vastas residencias privadas.
Timgad, próspera y pujante, debió representar un símbolo potente del esplendor romano en suelo númida. Sus estructuras, íntegramente de piedra, fueron restauradas repetidamente durante el Imperio: el Arco de Trajano a mediados del siglo II, y las puertas Este y Oeste bajo Marco Aurelio. Las calles, pavimentadas con grandes lajas de caliza, y como lo demuestran los 14 baños aún visibles, revelan una especial atención a las comodidades públicas. Las viviendas, de variados tamaños, cautivan por sus lujosos mosaicos, pensados para suplir la falta de mármoles preciosos. Durante la era cristiana, Timgad se destacó como un prominente obispado. Tras la invasión vándala en 430, fue destruida hacia el final del siglo V por los montañeses del Aurès. La reconquista bizantina revitalizó algunas actividades en la ciudad, protegida por una fortaleza construida al sur en 539, reutilizando bloques de monumentos romanos. La invasión árabe marcó la ruina definitiva de Thamugadi, abandonada tras el siglo VIII.
Este destino invita a explorar un capítulo fascinante de la historia romana en el norte de África, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de caminar por las calles de una antigua ciudad romana que aún conserva su grandiosidad y esplendor.